¿Dónde comer en Aranjuez?

Aranjuez es uno de los tantos destinos que los españoles eligen para disfrutar de un fin de semana algo más lejos de las grandes ciudades. Especialmente los madrileños, por una cuestión de distancia, muchas veces escogen este lugar para escaparse y pasar sus días libres.

Como suele pasar en estos casos, más allá de descubrir los encantos que tiene este sitio, también hay tiempo para comer y beber alguna cosa. En este sentido, es indispensable hacer un esfuerzo por conocer restaurantes buenos en Aranjuez, ideales para recuperar nuestras energías.

El Tomate de Aranjuez, una de las mejores opciones

Evidentemente, son múltiples las alternativas disponibles si queremos disfrutar de la gastronomía local pero, en esta ocasión queríamos detenernos de forma específicamente en El Tomate de Aranjuez, todo un clásico de la ciudad cuya popularidad no deja de aumentar.

Imprescindible en el itinerario de los viajeros que vayan a visitar la localidad en las próximas semanas o los siguientes meses, es un espacio que abrió sus puertas hace unos pocos años pero que, sin embargo, quienes van con frecuencia a Aranjuez ya relacionan automáticamente con sus otros puntos de interés. Como queda claro, hay un alimento que es clave en sus propuestas, pero no por ello se limita sólo a éste.

Esto tiene que ver con el propio espíritu de Aranjuez, donde reinan exquisitas hortalizas y frutas como alcachofas, ciruelos, pimientos y más. Pero el tomate es el gran protagonista de este generoso ambiente homónimo para deleitarse con varios de los mejores platillos de España.

Las comodidades

Lo primero que llama la atención de El Tomate de Aranjuez es la amplitud de su salón, con una barra que permite ver el interior de la cocina. Para los más puristas, ésta es la prueba definitiva de que los platos se hacen con ingredientes selectos y cuidando de todos los procesos.

Inmediatamente tus ojos quedarán sorprendidos por las grandes cantidades de tomates que esperan ser usados en deliciosas recetas.

Tampoco faltan las terrazas, como no podía ser de otro modo, una interior donde se ubica la parrilla de carbón y una de exterior climatizada. Hay ciertos momentos del año donde a uno le gustaría pasarse todo el día en la terraza exterior, aprovechando el buen tiempo reinante.

Pasando al comedor, su dueño Fran se ha encargado de decorarlo con detalles como manteles de hilo y una vajilla de resaltable calidad. Además la cristalería es de primera y las sensaciones que se perciben son las propias de un restaurante que se exige hasta el máximo.

La carta

No menos importante que lo anterior es una carta que destaca por las maneras en las que preparan el tomate y sus acompañamientos. Hablamos desde piparras y cebolleta hasta anchoas, sin olvidarnos del escabeche. Mención aparte para la ensalada de perdiz.

El jamón de bellota con pan de cristal es ideal para abrir el apetito, de la mano de un vino a la altura de los acontecimientos, y mientras uno decide cuál de sus arroces va a pedir, o por qué no carnes y pescados. Para el final, postres como sus tartas de queso, pistacho y mango.